El término lealtad proviene del latín legalis que significa respeto a la ley. A pesar de esta etimología, su uso torticero, referido a grupos delictivos o a nacionalismos totalitarios, ha podido cuestionar su condición de ser una virtud. Esta deformación la denunció el premio Nobel Miguel Angel Asturias cuando escribía : "A santo de qué nos exigen los militares lealtad, a regímenes desleales con el ideal".Podemos definir la lealtad como el sentimiento de respeto y fidelidad a los propios principios morales, a los compromisos establecidos o hacia alguien en particular. Esta pluralidad de vinculaciones, coincidentes en el tiempo, es la que puede suscitar la cuestión que hoy planteamos.
La datacion del libro bíblico de Rut se ubica en una época anterior anterior al destierro de los judíos a Babilonia, allá por el siglo V a. de C. En su primer capítulo conocemos la relación de Rut, originaria de Moab, donde habitaba, con su suegra Noemí que se había trasladado desde Judá. Al morir su marido y su hijo,Noemí se vuelve a su tierra y libera a Rut del vínculo familiar con ella para que así pueda quedarse con su familia de origen. La respuesta de Rut ejemplifica un grado de elección entre lealtades, más allá del contexto local en que se produjo: " No insistas en que te abandone y me separe de tí, porque dónde tú vayas, yo iré, dónde habites, habitaré. Tu pueblo será mi pueblo y tu dios será mi dios. Donde tu mueras moriré y allí seré enterrada.(Rut 1, 16-17 ).
Basada en un mito de la Antigua Grecia, compuso Sófocles Antigona, la más universal de sus tragedias, representada por primera vez en el 441 a.de c. En esta obra se enfrentan dos nociones del deber. Por una parte el orden civil, representado por un edicto del rey Creonte que prohibía enterrar el cuerpo de Polinice, hermano de Antigona, por considerarlo traidor a su patria. Frente a aquel edicto real,estaba la ley no escrita de los dioses que ordenaba enterrar a los muertos. Antígona se propone desobedecer a Creonte y pide ayuda a su hermana Ismene para enterrar a Polinice. Esta se niega por temor a las graves consecuencias de quebrantar la ley del soberano. Sobre Antígona recayó en exclusiva la responsabilidad de rendir culto funerario y enterrar al hermano. Cumplió este deber sagrado, permaneciendo leal a su familia, pagándolo con el castigo de ser encerrada viva en una tumba.
A principios del siglo pasado Joseph Conrad, concluyó su trilogía sobre la vida del hombre. La novela titulada " El final de la cuerda " se refiere al periodo de la vejez. El capitán Whalley en vez de jubilarse, llegada su hora, decide continuar dirigiendo su barco a pesar de la pérdida de visión que padece. Su conciencia profesional le advierte de las peligrosas consecuencias que esta afección ocular le causa en la dirección de un buque. Sin embargo la grave situación económica de su hija, le lleva a tan arriesgada decisión de continuar navegando.
La reconocida novelista francesa Delphine de Vigan ha publicado en 2018 última obra titulada: " Las lealtades ", una novela breve sobre la adolescencia. En ella recoge las innumerables situaciones en las que los jovenes se enfrentan al dilema de lo que pueden decir o no, de lo que pueden hacer o no hacer. Esta disyuntiva, si traicionan o no a su lealtad, es particularmente dramática en los hijos de padres separados. La situación de custodia compartida está plagada de momentos en los que estos adolescentes, han de ser leales a uno y otro cónyuge por separado. En una familia que camina hacia su autodestrucción, la autora plantea que acaso les puedan salvar las lealtades, " esos lazos invisibles que nos vinculan a los demás".
G.P. Fletcher es profesor de la Filosofía del Derecho en la Universidad de Columbia y está considerado como uno de los más reconocidos estudiosos acerca de la lealtad. Para este jurista la cuestión de la lealtad no surge en abstracto sino en el contexto de una relación particular. La mínima exigencia de lealtad es el mantenimiento de la propia relación, lo que requiere el rechazo de alternativas que socaven el vínculo principal. Así un ciudadano leal es alguien que no se pasará al enemigo en tiempo de conflicto. Del mismo modo un partidario político leal, no se vende a la oposición. El elemento fundamental en la lealtad es el interjuego entre tres elementos. Y si el competidor aparece y llama, el leal se negará a seguirlo y secundarlo.
¿ Y TÚ QUÉ PIENSAS ?.
Considero la lealtad a algo o a alguien como un valor fundamental en el hombre. Valor que hoy día es difícil de mantener dadas las presiones que todos recibimos: medios de comunicación, panfletos políticos, argumentos religiosos trasnochado, redes sociales...Ser Leal hoy a una idea y más aún a la propia creencia es toda una heroicidad. NO obstante sé que existen personas leales y auténticas . Ojalá cunda el ejemplo
ResponderEliminarLa lealtad para mí es algo muy importante y fundamental, lo que sucede es que a veces no es unidireccional y entran en juego varias lealtades. Aquí esta la reflexión, lo valores y la decisión.
ResponderEliminarEl comentario anterior es de blancaveras@telefonica.net
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ResponderEliminarLa primera lealtad que hay mantener es a una misma, a nuestros propios principios.
ResponderEliminarCuando aún no se tienen claros nuestro objetivos vitales, puede parecer que nuestros cambios de posicionamientos: políticos, profesionales o afectivos, sean fruto de egoísmos carentes de lealtad.
No considero deslealtad los cambios de opinión o de afectos, a veces causados por nuestra propia evolución, siempre que vayan acompañados de reconocimiento y sinceridad.
Tampoco hay que engañarse con una mal utilizada "lealtad" en la que se escudan algunos para no hacer cambios que son incapaces de afrontar.
Para mí la lealtad va asociada al reconocimiento, al respeto y la gratitud, pero no al inmovilismo.
La lealtad para mi es el valor fundamental en el comportamiento humano .posibilita la seguridad en las relaciones,de pareja,amigos,compañeros....cuando se vive en lealtad es mas dificil las influencias externa
ResponderEliminarMIGUEL GARRIDO Profesor titular de la facultad de Psicología de Sevilla comenta:
ResponderEliminarGracias Juan Luis por elegir este apasionante tema de la lealtad que tan necesaria es en estos tiempo. Me ha gustado mucho la distinción entre la lealtad como valor y la lealtad como sumisión como suele ocurrir en los regímenes autoritarios y en las sectas. No puede haber lealtad a nada ni a nadie si uno no puede ser leal uno mismo y esto requiere libertad. He recordado con placer las magníficas reflexiones de Boszormengy-Nagy en su bella obra Las Lealtades Invisibles para hablar de esas lealtades inconscientes al sistema familiar que pueden ser creadoras de Salud o de enfermedad. Para mí aprendemos la lealtad hacia los otros en nuestra propia familia. A fin de cuenta es el apego seguro el que nos hace confiar y ser leales a los que nos rodean. Uno puede opinar de manera diferente a los padres y amigos pero podemos ser leales en la relación. La buena comunicación significa a fin de cuentas que somos congruentes, sinceros y empaticos con los otros. Uno puede equivocarse per no es leal si engaña a los otros y no consigue decir si verdad ni responder a las equivocaciones y/o actuaciones que causan daño a los demás. En fin, para estar hablando de ello muchas horas. La lealtad es el marco de nuestra seguridad y confianza. Gracias a ella tenemos por suerte instituciones en las que se puede confiar aunque en estos tiempos se tambalean muchos pilares. Asi que estupendo que podamos hablar de la lealtad en tiempos de crisis. Gracias y que este año se llene de esperanza y confianza en las familias, en nuestro trabajo y en las comunidades.
Yo no conecto lealtad con sistema político. Para mí lealtad es algo de la subjetividad, es una actitud ética de compromiso del sujeto consigo mismo y con todo lo que le rodea.
ResponderEliminarEste compromiso ético es seguro que encontrará más campo abierto en las democracias que en las dictaduras. En estas últimas será más difícil poner en acto la lealtad en determinadas circunstancias pero el será defenfida pese a las consecuencias por los seres leales, es decir comprometidos con la lealtad
Un ejemplo: Antígona
ResponderEliminarLealtad es para mi fidelidad, confianza. compromiso, aceptación que son valores que no cotizan en bolsa ni en el "mercado". Lo que cuenta es la renta monetaria e ignora las cualidades de la existencia, de la solidaridad, las del medio ambiente, la calidad de la via, las riquezas HUMANAS no calculables, ignora la magnimidad, la dignidad y la conciencia. La gran mayoría de la gente está en un subdesarrollo moral y una atonía espiritual. Nuestra esperanza reside en las miles de personas comprometidas en un espiritualidad religiosa, aconfesional o laica.
ResponderEliminarJOSÉ MARÍA ROMERO Profesor de Filosofía y Teólogo ha comentado:
ResponderEliminarLealtad
La lealtad
Si lealtad procede de
legalis, legal. Legal viene de lex, ley, y se refiere a la ley moral. La lealtad es una virtud, la de ser leal. La lealtad se identifica a veces con la fidelidad.
La ley moral es la ordenación de la razón para el bien común.
Piaget distinguía la moral heterónoma (obediencia) de la moral autónoma(descubre cada uno su deber), donde uno se hace responsable de la acción moral. Kolberg distingue seis estadios, siendo el sexto el que corresponde con la autonomía moral o descubrimiento de los principios morales comunes a todos y cada uno de los seres humanos.
Si uno es leal consigo mismo, lo será también con los demás. En este sentido, la lealtad se convierte en un principio moral. Por tanto, se puede adaptar la lealtad a las distintas situaciones en las que se pueda encontrar.
Quien es leal y cultiva la lealtad se reconoce en el otro como digno de ser y crear humanidad. Porque cultiva y pone en práctica la acción buena.
Me parece que si eres leal contigo mismo,lo eres con los demás.Ejemplo Antígona
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