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¿ QUÉ DECIR ACERCA DE LA MUERTE ?

"In memoriam" de José Saintmartín, gran amigo.


La Víspera de Todos los Santos ( All Hallow's Ewe de donde deriva Halloween) es una fiesta de origen celta, con la que los campesinos celebraban el fin de la temporada de las cosechas. Durante esa noche del 31 de Octubre se creía que los espíritus de los muertos caminaban entre los vivos y se utilizaban disfraces para ahuyentarlos. Por el contrario, el día de los Difuntos es una festividad de origen cristiano que se celebra el 2 de Noviembre con visitas a los cementerios a fin de rememorar y honrar a nuestros familiares fallecidos.

Death Cafe es una sesión de grupo abierto convocada para conversar sobre la muerte. En 2011 el psicólogo británico Jon Underwood decidió organizar la primera de estas reuniones en su propia casa londinense. Se inspiró en el sociólogo y etnólogo suizo Bernard Crettaz que ya había sido anfitrión de encuentros para "hablar sobre la muerte, como en el pasado nos atrevíamos a mirarla a la cara". Nació así el movimiento Death Café que se ha extendido por más de 80 países, entre ellos España.

Estas fechas de celebraciones a los difuntos y el haber asistido a uno de estos grupos Death Café en Sevilla, me ha parecido una buena ocasión para abordar la cuestión de la muerte, habitualmente tan evitada.

 

"Debate entre un Hombre y su Ba (su alma) " es tal vez el primer texto filosófico que se conoce en el que un escriba egipcio se preguntaba, hace 4000 años, si valía la pena vivir. Esta reflexión aparece en una cultura en la que la inmortalidad y el consiguiente culto a los muertos, era una creencia consagrada. Siglos más tarde se atribuye a Platón uno de los lemas más celebres del pensamiento antiguo, cual es el que la filosofía consiste en aprender a morir.  Así fue transmitido de Grecia a Roma, como comprobamos cuando Cicerón afirma que toda vida filosófica es una reflexión sobre la muerte. En pleno siglo XX el filósofo Theodor W. Adorno,   maximo representante de  la Escuela de Fráncfort escribía:  "Filosofar no es otra cosa que pensar la muerte sin tapujos, asumir en la conciencia en toda su gravedad, lo reprimido de la muerte". 

En el "Diccionario de Filosofía" , al comienzo del artículo dedicado a la Muerte, Ferrater Mora, su autor, plantea que la manera de enfrentar el problema de la muerte es la piedra de toque de muchos sistemas filosóficos. Citemos dos muestras : Espinoza en su "Ética" afirma :"Un hombre libre en nada piensa menos que en la muerte y su sabiduría no es una meditación de la muerte, sino de la vida". Por el contrario nuestro Miguel de Unamuno en "Del sentimiento trágico de la vida" escribía: "El olvido de la muerte es la deserción de la vida misma".


La forma en que las personas perciben la muerte y lo que ocurre después de ella, está en íntima conexión con la cultura y las creencias religiosas. En la cultura oriental la muerte es el tránsito a otra dimensión, que posteriormente nos devuelve a la tierra en una nueva encarnación. Los hinduistas la entienden como una simple transición. El cuerpo físico que alberga el alma muere y esta encuentra un nuevo recipiente en otro cuerpo. En función de los actos realizados durante la vida anterior, será el nuevo cuerpo. Semejante enfoque encontramos en "El libro tibetano de los muertos " que recoge la tradición de esta rama del budismo acerca de la reencarnación : al morir dejamos todo lo que tenemos y solo se podrá llevar lo que se dio con un buen corazón; el ser sutil (alma) se prolongará más allá de la muerte del cuerpo físico, hasta reencarnarse en un nuevo cuerpo y renacer a la vida.

Para el cristianismo la muerte es también un tránsito entre la vida temporal y la vida eterna celestial. Toda la salvación está centrada en la fe en Jesús de Nazareth. "Yo soy la resurrección y la vida : el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que cree en mí, no morirá para siempre " se lee en el Evangelio según San Juan 11,19 - 27 y se recita en la mayoría de los funerales de las diversas iglesias  cristianas.

En el islam todas las personas deben someterse a la voluntad de Alá, el único y verdadero dios existente. Al fallecer, el espíritu  sale del cuerpo y se traslada al último cielo, donde Alá mora, siendo este el destino definitivo de las almas En la escatología musulmana el Paraíso se concibe como un lugar de deleite y descanso eterno, reservado para los bienaventurados en compensación por sus buenas acciones terrenales." Habrá para ellos jardines frondosos recorridos por ríos y arroyos de aguas limpias. En el Edén entrarán tan solo los que fueron justos" ( suras 2,25, /3,15 y 136. del Coram).



Desde la Epopeya de Gilgamesh a la Odisea, desde Dante a Shakespeare o desde Jorge Manrique a Bécquer la literatura se ha ocupado extensamente del tema de la muerte tanto en prosa como en verso. Nos referiremos ahora de modo particular al escritor británico contemporáneo Julián Barnes, ganador en 2011 del Premio Booker. Su obra "Nada que temer", según la crítica especializada, es una elegante memoria de su vida y una meditación sobre Dios y la muerte. El escritor afrontó su miedo a la muerte preguntándose cómo puede un agnóstico temer a la muerte, si no cree que exista una vida después de esta. Para Barnes la muerte es la desaparición de una identidad a la que nos aferramos pero que realmente no existe. Envidia a los creyentes porque para ellos la muerte será una puerta de entrada, mientras que para los no creyentes será tan solo una puerta de salida. Finalmente encuentra en la ciencia el sentido de que todo lo existente haya de terminar algún día. En definitiva, a la pregunta sobre lo que somos en realidad, responde :"Un conjunto de neuronas y el alma  no es sino un relato que el cerebro se cuenta a sí mismo".


Durante la Primera Guerra Mundial escribió Freud " Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte"  En este texto expone la dificultad del ser humano para representar psíquicamente su propia muerte.  " La muerte propia es desde luego inimaginable y cuantas veces lo intentamos, podemos observar que continuamos siendo en ello meros espectadores. En el fondo nadie cree en su propia muerte o lo que es lo mismo, en lo inconsciente, todos nosotros estamos convencidos de nuestra inmortalidad." "En general nos comportamos como si deseásemos eliminar la muerte de la vida : queremos, por así decirlo, matarla con nuestro silencio".

El sabio y yogui indio Sadhguru Jaggi, cuyos libros han aparecido en la lista de los libros más vendidos en The New York Times, señala también que la muerte es algo que la mente se resiste a  comprender. "La identificación con lo que uno ha acumulado, se ha vuelto tan compulsiva que imaginar la muerte resulta aterrador" escribe.

De la muerte solo se puede hablar en segunda o tercera persona. La idea de que el yo inmenso, que cada uno se ha construido pueda desaparecer en un instante, resulta inconcebible para nosotros mismos.


Vladimir Jankélevitch fue catedrático de Filosofía Moral en la Sorbona a finales del siglo pasado. En 2006 se tradujo al castellano su obra "Pensar la muerte", una mirada directa a ese vacío que tanta angustia nos reporta y de la que tanto nos cuesta hablar, aún siendo la muerte la mayor certeza que poseemos. Señala, que en nuestra sociedad todos quieren negarla y que no es tanto la muerte sino la propia conciencia de la muerte lo que constituye un problema que impide mirarla cara a cara.

El morir en nuestro tiempo se ha remitido al ámbito médico, no sólo porque la mayor parte  de las personas muere en los hospitales, donde suele prolongarse el momento de morir, sino porque son médicos quienes, en conexión con los familiares, toman  las decisiones últimas. El doliente está pasivo y afronta en soledad su último trance sin la presencia de sus seres queridos. En esta postrera estancia hospitalaria y en su condición de moribundo, se le sigue encubriendo o negando lo definitivo de su situación. Tal forma de proceder se prolongará tras el óbito, donde tanatorios colectivos y asépticos, han reemplazado al velatorio en el hogar, en el que participaban todos los deudos del finado, pudiendo incluirse entonces también a los pequeños de la familia en el hecho de la muerte. El alejamiento, que es una forma de negación, es la versión moderna de la dignidad : la muerte debe ser silenciada y no debe crear problema a los supervivientes. Incluso el posterior sufrimiento por la muerte de un ser querido se ha psicopatologizado, abordándose con fármacos el inexorable dolor que tal muerte nos supone. El duelo no es un trastorno  psicológico sino el dolor inherente a la perdida de personas importantes en la vida de los seres  humanos. En una sociedad tan tanatofóbica, a pesar del morbo impúdico que en ocasiones arrostran ciertas muertes, se concibe como buena muerte la que cursa de modo repentino, mejor aún si se está inconsciente. Y aunque "el hombre ya no pudo mantener lejos de sí la muerte, pues la había probado en el dolor por el difunto" como escribió Freud en el artículo citado, la muerte sigue siendo un tabú. En los términos de Epicuro en su " Carta a Meneceo" allá por el siglo IV a.de C., se apuntan algunas razones de nuestra incompatibilidad con ella, tal y como refleja su frase lapidaria:  "Cuando estamos la muerte no está presente y cuando la muerte está presente no estamos".


¿ Y TÚ QUÉ PIENSAS ?.     














Comentarios

  1. Muy interesante artículo, muy completo. Suerte la de aquellas personas creyentes, de cualquiera de las religiones, que ven la muerte como un principio, más que un final. A los agnósticos solo nos queda hacer de ella un tránsito lo más digno posible, donde el sufrimiento sea el menor para la persona moribunda mientras que el resto debemos aceptarla "a pelo".

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  2. SOBRE LA MUERTE.
    La muerte es simplemente la pérdida definitiva e irrevocable de la vida. Y es esa pérdida la que causa el mayor pavor. Todos los seres vivos, desde el humano al más pequeño insecto o microbio llevamos incrustrado en nuestro genoma el instinto de supervivencia como el mayor de todos los instintos, no hay otro que lo iguale. Y la muerte atenta justamente contra ese instinto que nos induce a vivir por encima de todo. Una de las destrucciones que conlleva la muerte es la aniquilación de la conciencia, tan intimamente ligada a la vida. Sin conciencia no hay vida plena, solo vegetativa. Pero aún en esa vida vegetativa se conserva el instinto de supervivencia.
    Perder la conciencia es un anticipo del morir que puede ser reversible. Pero cuando llega la muerte esa conciencia se pierde definitivamente. La conciencia también está ligada indefectiblemente a la memoria. La una sin la otra no son nada. Por eso la demencia es morir en vida, una vida vegetativa.
    Con la muerte desaparece todo, incluso el alma, que no es otra cosa que el producto del funcionamiento de las neuronas. Éstas son tan delicadas o más que los componentes nobles de un ordenador: si se corta la electricidad dejan de funcionar inmediatamente. Pero a diferencia del ordenador, las neuronas dejan de funcionar y mueren, descomponiéndose inmediatamente. Son las primeras células que mueren al pararse la respiración y/o el corazón más allá de unos muy pocos minutos. Y al morir dejan de emitir ese producto que muchos llaman el alma.
    Hay quien cree que ese producto, ese alma, esa "energía" puede transcender al mecanismo que la ha producido (las neuronas, el cuerpo, vivo) y tener vida propia y autónoma (el alma de los creyentes)... ¡Ojalá! Y de ahí nacen los fantasmas, que en algunos casos al ir perdiendo energía necesitan robársela a los vivos. Cuando dormí en la cama del Almirante Collingwood en la que fue su casa de Mahón hoy convertida en hotelito (él estuvo a cargo del puerto de Mahón y luego fue el que concluyó la batalla de Trafalgar al morir Nelson en el combate), sentí unos escalofríos tremendos a lo largo de esa noche (como los que tuve cuando estuve a punto de morir tras mi gravísima enfermedad). Los dueños de esa mansión-hotel me explicaron que, sin duda alguna, fue el fantasma del Almirante (conocido por todos los de su entorno) que me estaba robando un poco de mi energía para continuar existiendo. Los ingleses siempre tan piratas...
    Abrigaos bien esta noche, que nunca se sabe...

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  3. Yo pienso mas como Espinoza: hay que pensar en la vida y encarar a la muerte cuando llegue, porque... "La muerte sí es el final".
    En casi todos los estudios que leo y que se exponen sobre la muerte, plantean su visión desde una vida a la espera de la muerte. Qué pasa cuando la muerte aparece cuando no se le espera? Se puede asumir de igual modo nuestra propia muerte o la de algún ser querido tras una larga vida, que la de un niño o un joven? No serían dos discursos muy distintos?

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  4. MIGUEL GARRIDO Profesor de Psicoterapia en la Facultad de Psicología de Sevilla escribe:

    Buenos días Juan Luis. Tras despertar pronto y encender la TV repleta de historias de Halloween y visitas a los cementerios como comparación de los cambios y formas de vivir la muerte y sobre todo, como formas de huir de ella, tu articulo ha enmarcado perfectamente y con un jugoso recorrido por excelentes pensadores las visiones de la muerte y su papel para la vida. Realmente estamos muy necesitados de la recuperación de la dignidad del morir y colocar la muerte en un lugar útil para la vida. Por suerte tenemos en el mundo diversas culturas para vivir la muerte y otras tantas para negarla. Es importante que las familias y los jóvenes tomen conciencia de lo que supone la propaganda y las formas de negar la muerte. Y cómo bien expones, la necesidad de elaborar los duelos como parte de la vida. Las sociedades que niegan y tapan el duelo están agrediendo a muchas personas y negando la violencia. Las dos guerras actuales que son brutales son un buen ejemplo. Se banaliza la muerte de niños y miles de personas inocentes. Los medios de comunicación pasan para todos los dramas y los gobernantes se encargan de negar y justificar la barbarie mientras aparece en la Tv el día de Halloween sin tapujos. Las mismas paradojas de muchos siglos atrás. Se mata en nombre de la religion y se evita el dolor con la agresion en escalada. No perdemos la esperanza que el poso de nuestra cultura europea sea capaz de recuperar el sentido de la muerte como parte de la vida. Es responsabilidad nuestra, de los adultos y los mayores que nuestros hijos y los menores no vivan como si no fueran a morir. Estar cerca de la muerte y vivirla por otros nos cambia la vida. Querido Juan Luis gracias por recopilar las sabias palabras de tantos maestros de los que hemos vivido y aprendido a colocar la muerte como la palanca de la vida. Además nos has regalado muchos pensamientos cercanos y realistas sobre las paradojas del vivir. Es un regalo para el día de lis Santos y los Difuntos, con respeto y agradecimiento para los que nos dieron la vida y para todos los amigos, amigas que perdimos , pareja y maestros que tuvimos la fortuna de tener. Que este día sea para ti, tu familia y los que compartimos tu blog un día de serenidad, paz, y un día de recuperación de todo lo bueno que nos regalaron los seres queridos.

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  5. MIGUEL, broder de JOSE SAINTMARTIN ha comentado:

    Solamente decir que lo único justo que hizo la Naturaleza es el final que nos espera a todos los seres vivos sin distinción.
    Un abrazo.

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  6. Mi padre murió en su cama en el pueblo , rodeado de toda su familia. Luego vino el velatorio que ahora recuerdo como un banquete ya que las vecinas de la casa (que yo he conservado) no paraban de traer comida y bebida para acompañar la larga noche. Y al día siguiente vino el camino al cementerio y el entierro a los que asistió todo el pueblo.Era el año 71 y yo era una cría . . . Me alegro de que mi padre muriera tan acompañado

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  7. Eloisazapatatinajero@yahoo.es1 de noviembre de 2023, 10:24

    La muerte es lo único cierto que tenemos en esta vida con la justicia añadida de que iguala a todos los seres humanos. Pienso mucho en ella, la preveo cercana, dada la edad que tengo. No me asusta morir, aunque soy incapaz de verme como protagonista de ella. Me encuentro bastante cansada de estar en este mundo que cada vez mes más ajeno. No creo enun más allá, así que para mí la muerte es un hecho real, irreversible y definitivo.Sin embargo obviamente no encajo en mi mente eso de "no ser yo nunca más ". La eterna contradicción humana!!!

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  8. Todo lo que hacemos los seres humanos desde que tenemos uso de razón hasta el final lo hacemos para olvidarnos de la muerte. No, definitivamente, la muerte no debe de ser algo bueno

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  9. LUIS FERNANDO PÉREZ TORRES Psiquiatra sevillano ha comentado:

    Gracias Juan Luis.Lei un poemita muy corto de este tema que me sorprendió .A ver si lo encuentro y te lo envío.Estoy trabajando en un libro sobre psiquedislepticos y en uno de los libros que he leído venía ese poema.Como sabes en esas sesiones a veces se separa el yo o la conciencia, del cuerpo y eso al parecer guarda cierta relación con el momento de ir al más allá.Un abrazo
    El poema encontrado pertenece a la Oda a un ruiseñor de Keats y empieza así:
    " Ir perdiendo el miedo a la eternidad.Ahora más que nunca morir parece riqueza.¡ Cesar a media noche sin dolor mientras el alma se aleja del cuerpo en un éxtasis sin igual !.

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  10. Mi madre, en cambio, murió en la capital, en la Uci, entubada y profundamente sola. Era el año 2093. Despues vino el velatorio,en el tanatorio profundamente gélido del hospital. Luego vino el camimo al cementerio y el entierro con la única compañía de sus hijos.
    Soy la misma hija que hablaba ayer de la muerte de mi padre en el pueblo en el 71. ¡¡¡ cuánto habían cambiado las cosas , al menos en lo referente a la com-pasión ante la muerte!!! EN ESTE CASO, EL AÑO 71 FUE CLARAMENTE MÁS HUMANO QUE EL 93.
    SIEMPRE PERVIVIRÁ EN MÍ ESTE DECRECIMIENTO DEL HUMANISMO en el correr de estos dos años (71 y 93).

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  11. RICARDO JARAST Psiquiatra- infantil- psicoanalista ha comentado:

    ¿Por qué no aparecerá la muerte de la madre de "Bambi" en su nueva versión?
    "Bambi" es una película de Walt Disney de 1942.
    Es una película de animación en color que relata la historia de un cervatillo desde su nacimiento hasta la etapa adulta.
    Es la quinta película animada de Walt Disney.
    Bambi crece muy apegado a su madre.
    Su madre le advierte de los peligros de la vida como criatura del bosque.
    Aparece un cazador, dispara y mata a su madre.
    Se escucha el disparo pero no se ve a la madre muerta.
    Bambi, impulsado por su madre, escapa y se salva.
    La busca y no la encuentra.
    El padre le dice:
    "Tu madre no podrá venir nunca más.
    Los hombres se la han llevado.
    Debes ser valiente y aprender a andar solito.
    Ven hijo mío".
    Y se van los dos bajo la nevada.
    El clip dura 3 minutos, en una película de 70 minutos.
    Esta escena dolorosa ha quedado en el recuerdo de varias generaciones.
    La guionista y directora Lindsey Anderson Beer ha trabajado en la recreación de "Bambi", en una nueva versión que se rodará en acción real.
    La escena de la muerte de la madre del cervatillo será alterada, a pesar que esta se produce fuera de la pantalla en el metraje original.
    Dice Lindsey Anderson Beer:
    "No quiero estropear la trama, pero hay un tratamiento de la muerte de la madre por el que creo que algunos niños y algunos padres hoy día serían más sensibles que en el pasado.
    Y creo que es una de las razónes por las que no se la han mostrado a sus hijos".
    La pregunta que me hago es:
    ¿Los niños y sus padres son hoy más "débiles simbólicamente" que en el pasado como para poder tolerar el dolor y la pena?.
    El padre de Bambi lo acompaña en su dolor.
    Hoy los padres, no infantilizados, deberían también poder soportar el dificultoso crecimiento de sus hijos.

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  12. MANOLI CAÑADAS Medica comenta:

    He leído el interesantísimo artículo del blog sobre la muerte. También son muy interesantes todos los comentarios de las personas que reflexionan sobre este hecho. Yo soy creyente y creo que alguna forma de sobrevivencia tendremos, aunque no se la forma ni el modo. Muchas veces siento la presencia de mis seres queridos que han fallecido.
    Una reflexión que no he visto en los comentarios es la que refleja el escritor Borges en su libro" El aleph.". En este libro Borges nos muestra a unos seres que son eternos y que al ser eternos no tienen el tiempo que nos mide el hecho de que sabemos que vamos a morir. Al ser eternos no tienen nunca prisa para hacer las cosas. Da igual hacer algo ahora que dentro de cien años. Son seres apáticos. Así pues nos quiere decir Borges que la muerte nos mide el tiempo que estamos en esta vida y de alguna manera queremos hacer las cosas que nos gustan disfrutar de nuestros seres queridos tener aficiones en una palabra disfrutar la vida.
    Gracias Juan Luis por tus reflexiones en temas tan interesantes.

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