Durante el año 2023 los ciudadanos españoles consumimos más de 54 millones de envases de antidepresivos. En 2010 el número de recetas de estos medicamentos no alcanzó los 35 millones. Desconocemos la existencia de estudios acerca del incremento tan llamativo en el consumo de estos fármacos. Sí nos surgen preguntas respecto a la cuestión que hoy planteamos sobre cómo asumimos las pérdidas :¿ Se ha generalizado la prescripción de estos fármacos en los duelos por muerte de un ser querido?. ¿Demandan los usuarios esta medicación, ante los pesares causados por las diversas pérdidas que padecen? ¿La escasez de psicólogos en Salud Mental y la breve duración de las consultas en Atención Primaria, guardan relación con el incremento del consumo de antidepresivos?.
El poema narrativo de John Milton "El paraíso perdido", editado en 1667, expone en forma de epopeya los primeros capítulos del Génesis. Es un relato poético de la desobediencia de Adán y Eva, castigada por Yhavé con el exilio del Edén. La mayoría de las culturas y mitologías indoeuropeas mencionan la pérdida de un paraíso idílico. La causa de esta se atribuye a faltas cometidas por los hombres. A lo largo del tiempo los humanos buscarán cómo recuperar el paraíso, refrenando sus pasiones.
Una versión de la pérdida de aquel estado inicial "paradisíaco", en el plano individual, se menciona en una obra de Otto Rank. Este psicoanalista austriaco publicó, hace aproximadamente un siglo, "El trauma del nacimiento". Subrayó en su obra el gran componente afectivo que existe en la separación entre el niño y su madre. El nacimiento del ser humano supone la separación del claustro materno, protector y exclusivo, que le conducirá hasta un entorno menos acogedor, donde ha de valerse por sus propios medios. El acto de nacer, que constituye la pérdida irreversible de un estado ideal, puede ser considerado entonces, como el prototipo de las pérdidas, que ineludiblemente aparecerán a lo largo de la vida.
La expresión "trabajo del duelo" fue introducida por Sigmund Freud en su tratado "Duelo y melancolía". Supone la elaboración intrapsíquica realizada por el sujeto doliente, tras la muerte de un ser querido. Esta reacción de duelo presenta desviaciones de su conducta habitual, a lo largo de un cierto periodo de tiempo. La atenuación del dolor es para Freud, la última etapa de todo ese proceso psíquico, que se inició con la falta de interés hacia el mundo exterior. Cuando fracasa este "trabajo de duelo", consciente y dilatado en el tiempo, aparece el duelo patológico y en caso de mayor gravedad, la melancolía.
Para los exégetas cristianos "El libro de Job" representa la obra maestra de la sabiduría del Antiguo Testamento. El centro de su temática lo constituye el sufrimiento del inocente. Yhavé permite que Satán pruebe a Job para comprobar si le continua siendo fiel durante el infortunio. De este modo el justo pierde su hacienda, enferma y hasta perecen sus hijos. Job, a pesar de estas pérdidas, rechaza a su mujer cuando esta le dice que maldiga a Dios, a lo que Job argumenta :"Si aceptamos el bien de Dios ¿no aceptaremos el mal?".
Contaba Miguel Hernández 25 años cuando escribió su 'Elegía a Ramón Sijé", para muchos el poema más estremecedor de la literatura española. La Nochebuena de 1935 sufrió el poeta la inesperada pérdida de su paisano y amigo Ramón Sijé. Según el escritor Xavier Roca, en su conocida obra sobre la melancolía "El mono ansioso", esta elegía es un "grito desesperado que pretende invocar la memoria del amigo". Al poner el Yo en la primera estrofa ("Yo quiero ser llorando el hortelano.....") el poeta pretende remarcar la coincidencia entre la voz poética y él mismo, a pesar de no ser ello una licencia muy apropiada, según este crítico.
La muerte de alguien amado es la pérdida que exige mayor coste de elaboración psíquica para poder asumirla. También van a requerir un "trabajo de duelo", otras pérdidas como la del buen nombre, los bienes materiales, la vivienda o la pareja. En todos los casos la pesadumbre que causan nunca tendrá una solución inmediata. La inmediatez, tan requerida en nuestro tiempo, es ajena al proceder del psiquismo humano.
¿ Y TÚ QUÉ PIENSAS ?.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPienso que el aumento exponencial del consumo de antidepresivos en el periodo que reseñas está más que justificado por los acontecimientos ocurridos. Así, fue justamente en ese 2010 cuando se hizo evidente la crisis económica que empezó sobre el 2008 y alcanzó su climax y reconocimiento oficial a los dos años de instalarse, ante la evidencia de pérdidas millonarias sobre todo en el sector de la construcción, lo que se reflejó en perdidas de empleos masivas con la desesperanza que eso conllevó.
ResponderEliminarCuando todavía no nos habíamos recuperado vino la pandemia maldita y su confinamiento, añadiéndole a las pérdidas anteriores la pérdida inigualable y masiva de la libertad.
Y por si fuera poco, estalló la guerra de Ucrania, justo cuando ya nos habíamos creido en Europa que eso de las guerras eran cosa del pasado o de oriente medio o del tercer mundo.
Respecto a Otto Rank, difiero de su experiencia perinatal. La mía fue magnífica, liberandome de la incomodísima postura fetal y de los burbujeos intestinales de mi madre que no me dejaban dormir en paz. Cuánta liberación sentí aquel 11 de abril en que nací y qué alegría verle la cara a mi madre a la que solo conocía por sus tripas!
Lo de Freud es otra reflexión, más lúcida, se nota la maestría.
Con respecto a Job, ¡Qué poca previsibilidad de futuro tenía el antiguo Yaveh! Aunque peor fue lo de tener que exponer al buenazo de Abraham a un parricidio semejante e inverso... Otros fallos a contarle, lo que unido a los primigenios de no haber sabido detectar que el bello Lucifer le iba a salir rana y que el también el apuesto Adán iba a sucumbir ante el ofrecimiento de Eva, le dejaban (a este dios antiguo y poco previsor) a la altura de un simple aficionado de la escuela de Rappel...
Muy de acuerdo con lo de Miguel Hernández, por similitudes de cuando perdí a mi mejor amigo y confidente.
Pero en fin, para mí las pérdidas tienen el valor de ir preparándonos para la pérdida final y definitiva, que a cambio de la del embarazo tiene la ventaja de dejarnos reposar en una postura mucho más relajada y estirada.
He dicho.
La vida es un continua perdida: llegan personas o acontecimientos a ella y pronto son sustituidos por otros. La pérdida más irreversible y dolorosa es la de un ser querido. Superarla es cuestión de trabajo interior y tiempo. Cada uno lleva su ritmo y tratar de acelerarlo es no sólo imposible si también contraproducente. Vivir esuapreparacionparala última pérdida:la de uno miso
ResponderEliminarMANOLINCAÑADAS Medica.comenta:
EliminarLas pérdidas forman parte de lo cotidiano en la vida de las personas.Es un hecho que deberíamos asumir, igual que las alegrías,los éxitos o los fracasos.... El problema es que no estamos preparados para el sufrimiento. Por lo tanto inmediatamente tenemos que recurrir a los medicamentos que nos ayuden o nos eliminen dicho sentimiento. Esto explica los datos que dices al principio de tu artículo. También conlleva un gran problema social por la adicción que provocan muchos de estos fármacos. Muchos jóvenes están cayendo en la adicción a las benzodiacepinas. Es un problema cada vez más importante al que los médicos que las recetan deberían estar muy atentos .
MIGUEL GARRIDO Profesor de la Facultsd de.Psicología de Sevilla.comenta:
ResponderEliminarBuenos días Juan Luis. Gracias por el recordatorio de la importancia de las pérdidas en nuestras vidas y como las podemos asumir. Estoy muy de acuerdo con tu idea del abuso de la medicación para olvidar los duelos que a la postre lo tapan y alargan. Recoges las aportaciones de Freud y se Rank que nos recuerdan que la pérdida de los “paraísos perdidos” requieren una elaboración no siempre pautada y que es un proceso. Hoy en una cultura consumista, hedonista y de las prisas… no quedan espacios para la pena y la tristeza. El trabajo de recordar y recuperar las cosas buenas de las personas que quisimos y nos quisieron,
es el mayor regalo y consuelo para nosotros. Menos mal que tenemos a muchos buenos poetas que nos amansan las luchas y llenan de paz los recuerdos. A veces incluso adelantar con nuestras fantasías las pérdidas puede ser una manera de entrenarnos en llevarlas mejor. Existen muchos mitos sobre los duelos … creo que los miedos a la soledad y a los sentimientos que surgen cuando perdemos a una persona querida se bloquean cuando creemos que existe una manera adulta y perfecta de vivir los acontecimientos tristes de la vida.
TERESA FERNANDEZ comenta:
ResponderEliminarGracias, Juan Luis.Muy interesante lo que expones .A mí me interesa especialmente un tema,la melancolía.
Carlos Gurmendez en su libro "La melancolía" dice: La melancolía se arropa en el recogimiento,la reserva silenciosa ante las amenazas del mundo ancho y ajeno.Pero a veces habla: la ironía es el lenguaje del melancólico.
La melancolía es conciencia del vacío existencial,del despojamiento inesperado.
Hace unos días comentábamos en casa , precisamente que ahora cada dos por tres escuchas de que van al sicologo y gente joven en su mayoría, yo se lo achaco a la falta de trabajo y estabilidad. Cierto también que el duelo de un ser querido es difícil de llevar, aunque yo llevo peor lo previo a la muerte que cuando llega el momento. Supongo que dependerá de la forma de perder al familiar, porque ver a una persona apagarse lenta pero lentamente es terrible, para mí mucho más doloroso qye cuando llega el día de la defunción, que es algo que estás esperando.
ResponderEliminarCARMEN BRAGADO desde Salamanca comenta:
ResponderEliminarB días J Luis ,me gusta el artículo,pero yo,q he sufrido varias pérdidas,te digo q es difícil superarlas y hay q recurrir a la química, x uno mismo,sin ayuda ,es difícil,un saludo y gracias
ROSA JIMENEZ ha comentado ;
ResponderEliminarYo pienso, según mi experiencia, tanto en perdida de seres queridos como en la toma de antidepresivos que es muy complicado.
Comencé a tomarlos al no poder gestionar la noticia de que el amor de mi vida se moría por una enfermedad terminal. Falleció hace 13 años, continuo tomando antidepresivos por la recaída, al fallecer mi padre (2016) y al año de mi madre.
La elaboración de un duelo es muy personal. En mi caso ante la serenidad que me da, sentir que mis seres queridos descansan en paz.Tengo momentos de inmensa melancolía. También concidero duelo, la ruptura de una buena amistad, al menos así lo creo, cuando no sabes en realidad que es lo que ha pasado para que se rompa. Entiendo que soy una persona extremadamente sensible, pienso que en todos los aspectos de la vida, los extremos no son positivos.
Lo verdaderamente importante es que a pesar de todo me siento en paz conmigo. Gracias.
Miguel Angel Silva
ResponderEliminarCada día los artículos ganan en lucidez y claridad. Gracias Juan Luis.
Solo un apunte, decía Antonio Gala que nuestra vida no nos pertenece sino al contrario la vida dispone de nosotros según convenga y creo que con eso tenemos no las tenemos que ver. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Juanluis por facilitarnos este espacio para la comunicacion y el pensamiento.reflexivo.
La pregunta que preside la entrada del blog este mes es: asumimos las pérdidas?
Como señalas en tu presentación perder está en el principio de la vida, en el nacimiento. En el origen está el nirvana, el paraíso del seno materno idealizado, como todo tiempo pasado especialmente el de la infancia formadora. Pero tenemos que considerar lo que dice el saber popular: no hay mal que por bien no venga. Cuando perdemos también ganamos, lo del ying y el yang es cierto, como eros y tantos fundido en un abrazo dialéctico en nuestras relaciones con los demás y con el mundo. Por ejemplo nos jubila la edad, porque crecemos y perdemos el trabajo pero ganamos tiempo.
Perder es una realidad a la que hay que enfrentarse, solo se puede llevar bien si también nos enseñaron a ganar y a no ensañarnos con el que pierde, sobre todo porque en la vida vamos de avance en avance hasta la caída final. Bueno esa dijo Freud que no está escrita en el inconsciente.
La mejor manera para mi para enfrentarnos a las pérdidas es darme por perdido de antemano y como soy bético tengo buena escuela con el manque pierda.
MARIA ha comentado:
ResponderEliminarHola! Lo acabo de leer, me gusta tu reflexión.
Opino que el incremento de medicamentos antidepresivos está más relacionado con el ritmo tan estresante y exigente de vida que llevamos, sobre todo las familias jóvenes, que con cualquier otra cosa.
Ese ritmo, también está totalmente relacionado con la pérdida, pero no solo de seres queridos, sino de tiempo de calidad con uno mismo y con la familia o amigos... Hoy en día, la mayoría de personas parece que viven para trabajar y no trabajan para vivir, lo que creo les lleva a un estado mental difícil de controlar... La rumiación y la continua sensación de querer poder con todo y el sentido de culpa que se apodera de uno cuando crees no haberlo conseguido, en mi opinión son los culpables del estado anímico de las personas, que precisan medicación para vivir y seguir adelante...
La pérdida de un ser querido, es a mí entender, con mucho tiempo, trabajo y ganas, más fácil de sobrellevar que una vida llena de prisas y estrés. En cualquier caso, lo difícil para mí, es cambiar la mirada, y una vez se consigue se puede empezar a disfrutar de la vida o por lo menos a intentarlo...
MANOLI Profesora de Yoga ha comentado:
ResponderEliminarTotalmente cariño,la escasez de psicólogos , y la breve atención del médico de cabecera, hace k no puedas asimilar lo k te está pasando, y entras en un estado, que la vida, no tiene, yo he pasado por eso , no hace mucho,
FRANCISCO F. SERRA Doctor en Psicología ha comentadoz:
ResponderEliminar¿Y qué me dices de aquello de que la verdadera patria de cada ser humano es su propia infancia? Todos somos expatriados de ella.
VICTORIA NARANJO Auxiliarde Enfermeríaha comentado:
ResponderEliminarDesde que los primeros hombre tuvieron conciencia de la muerte, apareció su miedo a ella y se engendró el dolor a las pérdidas, que llegan hasta nuestros dias. El homo sapiens instalado en el bienestar y saturado de estímulos se ha hecho más débil. En definitiva todo nos afecta y tenemos menos capacidad de alcanzar un buen equilibrio psíquico. Por ello recurrimos a los antidepresivos más allá de la perdida de un ser querido : la soledad, el desamor, los males físicos aparte de un deterioro que afecta cada dia más en lo cognitivo. Existe tambien una falta de profesionales que ayudarían a mejorar y evitar los efectos nocivos de abusar de estos psicofármacos.