¿QUÉ FUTURO NOS AGUARDA?
Las teorías del fin del mundo han sido muy populares en la cultura desde el inicio de los tiempos. Muchas religiones tienen en sus textos sagrados información sobre el fin del mundo. Son profecías o relatos de cómo el mundo llega a su fin e incluso en algunos casos, nombrando este hecho como Ragnarok en la mitología nórdica o Apocalipsis tal el último libro de la Biblia. En la reciente experiencia de una pandemia universal se han difundido más que nunca las teorías del fin del mundo sin base científica. El filósofo Jesus Zamora Bonilla, catedrático de Filosofía de la UNED, acaba de publicar:" Contra apocalípticos" un libro donde desmonta las teorías sobre el fin del mundo, desentraña sus contradiciones y su falta de soporte científico.
Paralelamente el último informe del IPCC - el grupo de científicos que desde hace más de tres décadas sienta las bases del conocimiento sobre el calentamiento global- difundido el 4 de Abril pasado, tiene un sabor a ultimátum. "La próxima vez que los científicos evalúen el cambio climático en 2029 la suerte estará echada", según Ecologistas en Acción. De hecho la ONU exige una reducción inmediata de los gases que causan la crisis climática: "Es ahora o nunca".
Desde otro área encontramos la preocupación por la superpoblación que como concepto está referido a la relacion entre la población humana y el medio ambiente. En Noviembre de 2017 más de 1500 científicos de 184 países indicaban que el rápido crecimiento de la población humana es "el principal motor que está detrás de muchas amenazas ecológicas e incluso sociales". Las consecuencias de esta sobrepoblación es el agotamiento de los recursos naturales, ya que estos son limitados y el planeta no puede regenerarlos al mismo ritmo que lo estamos consumiendo. Sin embargo también es cierto que los sondeos de los estudios demográficos no son coincidentes en sus previsiones, ni tienen todos los mismos índices de alarma. Así, según el último modelo elaborado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, la población de nuestro planeta se estabilizará a mediados de este siglo en alrededor 9.700 millones de habitantes.
Para considerar la dimensión económica en esta cuestion, nos referiremos a un trabajo que acaba de publicar el economista Santiago Niño-Becerra con el sugerente título: "Futuro ¿qué futuro?". El catedrático emérito de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull de Barcelona nos presenta una serie de predicciones basadas en los estudios de proyección de la OCDE, que vienen a lapidar el modo de vida en que vivíamos antes del Covid. Apunta que en esta ocasión la pandemia ha potenciado unos procesos que llevan al declive del capitalismo y a entrar en un nuevo sistema de un grupo de oligopolios internacionales que dictarán el devenir de los ciudadanos. ¿Qué deparará a los habitantes del planeta semejantes cambios a juicio de este profesor?
En una tribuna de El País, Azahara Palomeque escribía en Octubre pasado un artículo que tituló "Una ética para combatir el cambio climático". Textualmente señala: "La rueda de asalto y desprecio a la vida ha girado tanto sobre sí misma que a algunos nos cuesta trabajo incluso concebir la palabra futuro". Aparte de mencionar el bestseller "50 cosas simples que los niños pueden hacer para salvar la tierra", menciona a Rafael Chirbes. Nos refiere una conocida cita suya: "No hay riqueza inocente pues toda fortuna procede de una injusticia originaria, cuando no de un crimen". En una economía globalizada como la nuestra, no resulta exagerado afirmar lo mismo del consumo. Se necesitan muchos hábitos individuales para ponerle freno a la barbarie que se avecina, concluye la periodista.
¿Y TÚ QUÉ PIENSAS?
https://www.diariodesevilla.es/entrevistas/Eleonora-Viezzer-varios-pequenos-repartidos_0_1676534224.html
ResponderEliminarTodo no va a ser malo, tenemos una juventud esperanzadora.
ResponderEliminarYo espero que irán apareciendo nuevas tecnologías y formas de comportamiento, que nos ayudarán a aminorar el daño que producimos al planeta sin que tengamos que renunciar a todas las comodidades que tenemos. Por desgracia, no creo que los humanos seamos capaces de grandes sacrificios por un supuesto bien futuro, en un mundo con tantas incognitas.
ResponderEliminarPienso que los poderosos gobernantes del mundo nose tomasen serio este tema: va en contra de sus intereses. A pesar de los probables y posibles adelantos científicos y tecnológicos p actuamos ya o dejaremos un planeta muerto a nuestros nietos
ResponderEliminarEn el cambio climático,así como en otros muchos aspectos de nuestra vida ,la ética es la que nos muestra el camino de nuestra conducta y la de nuestros descendientes
ResponderEliminarFUTURO:
ResponderEliminarLos ecologistas, los recicladores y los avances de la ciencia en la fisión nuclear, pueden ver que todo su ahorro energético se va de golpe con los bombazos de Putin y su fiebre destructora.
¿Cuánto ha afectado a la atmósfera esa quema de depósitos de combustible bombardeados hoy en Ucrania y ayer en Siria o Irak?
Tampoco se ha aprendido nada de la pandemia. ¿Es que va a hacer falta una III guerra mundial, esta vez nuclear, para que con el planeta hecho trizas, los seres sobrevivientes, por supuesto no humanos, vuelvan a evolucionar durante unos cuantos millones de años y ya verán en qué sentido lo hacen?
Asistimos a una mundialización, aun embrionaria, red de comunicación mundial, economía mundializada, criminalidad mundializada, armas, prostitución, drogas , etc. La situación de nuestra biosfera es critica y su solución depende de una intervención globalizada de todos, Habría que sustituir nuestro paradigma de patriotismos nacionales (destructores) por Tierra-patria. Estamos en una época de transición de cambio de paradigmas, y por lo tanto de caos, No es el fin del mundo es el fin de "un mundo"- Espero que tengamos suerte, porque el peligro de una III guerra atómica mundial esta muy presente
EliminarMANUEL OSUNA ha comentado:Los datos actuales no invitan precisamente al optimismo.
ResponderEliminarEl calentamiento global, tiene una dosis suplementaria de energía con los efectos de la guerra de Ucrania.
Más los numerosos incendios actuales en Rusia, que están afectando a grandes depósitos de combustible, fábricas de armas, etc.
No se sabe sí provocados desde dentro o desde el exterior.
Y Ucrania era …. uno de los graneros del planeta.
No puedo ser optimista…
SALVADOR COMPAN ha comentado:
ResponderEliminarPienso que el pensamiento religioso necesita siempre el fin de la vida, el apocalipsis, como pura razón de ser: no hay religión sin menoscabo y destrucción de esta vida, sin alternativa de otra mejor y compensatoria. Por eso, todas las teorías conspiranoicas y apocalípticas tienen mucho de pensamiento mágico o de neorreligión. Por eso, en este aspecto, hay que acudir más que nunca al pragmatismo científico como única brújula. Los efectos del cambio climático no parecen cuentos del lobo sino algo constatable y deducible experimentalmente. Una amenaza que se va convirtiendo cada vez más en realidad. Otra cosa es que la suma de acciones individuales, como escribes, sea suficiente para parar esa catástrofe. Sin leyes (de hierro) internacionales que obliguen a países y empresas transnacionales será imposible que la vida no sea un sucedáneo para las generaciones futuras.
Yo confío , no se como narices , pero confío. Sería muy duro mirar al futuro de otra forma . Confío más en la capacidad de la tierra de encajar los desequilibrios que en la capacidad del hombre de reaccionar a una amenaza ya perceptible.
ResponderEliminarY que decir sobre el fin del mundo, pues ni más ni menos que lo mismo que digo sobre el inicio , que no fui diseñado ni educado para poder opinar al respecto .
No se si mi interpretación es un efecto rancio del devenir de los año o una percepción real ,pero de todos los peligros que nos acechan para el futuro ,el que más me preocupa como ya alguien ha sugerido hablando de la ética, es la injerencia de las nuevas tecnologías y su impacto las relaciones humanas.
Habrá incertidumbre, dolor, y crisis, y seguramente procesos reaccionarios. Ya lo decía Gramsci, en estos periodos es cuando aparecen los monstruos. Pero no dejo de ser optimista, tal vez sea un sesgo cognitivo. la historia de la Humanidad esta llena de crisis, así, o mas duras, pero se han desarrollado salidas, cambios, que son los hitos tecnológicos que abren nuevas eras, el Neolítico fue la respuesta a una crisis climática, así como el paso de la Edad del Bronce al Hierro. Esperemos que sea así, la Historia es dura partera.
ResponderEliminarJOSE MARIA ROMERO ha escrito:
ResponderEliminarHegel afirma que sólo lo natural está sometido al tiempo, porque es finito, pero lo verdadero, la idea, el espíritu, es eterno, está fuera del tiempo.
El futuro siempre está relacionado con la esperanza. La naturaleza y la inteligencia humana solidaria han vencido muchas dificultades que se fueron presentando a lo largo de la historia de la humanidad y del cosmos.
El pasado es biografía y los que tenemos una cierta edad lo mejor que podemos hacer es revivir revisando nuestra actitud en los distintos y variados momentos de nuestra vida.
Pero es el presente, el instante, el que nos conecta con la vida y le sigue dando sentido. El presente, el instante, es un punto de encuentro espacio temporal que nos permite conectar con lo esencial de la vida, que es el bien, bien que es amor (Tolstoi).
“La mayoría de los hombres viven sólo un trozo de vida, piensan en las cosas futuras pero no en el futuro. Solamente en esa articulación entre pensar en las cosas futuras y pensar en el futuro es cuando se va dibujando, a la luz de lo que se llama precipitadamente realidad, como faro de realidad, la distinción entre lo que es urgente hacer y lo que es importante, entre la urgencia y la importancia.” Xavier Zubiri, Sobre el hombre, 657.