Cada época plantea con respecto a la salud psíquica, nuevos problemas que surgen y se desarrollan en torno a los discursos culturales dominantes. En nuestro tiempo, los tan reiterados déficits de atención o las continuas quejas de estar " quemado", incluso la fatiga crónica, ¿con qué formas de vida preponderantes tendrían que ver?. No nos referiremos a los considerados trastornos mentales graves, sino a aquellos frecuentes síntomas del malestar psíquico que están apareciendo, algunos de los cuales abordaremos a continuación.
El escritor y periodista anglo-suizo Johann Hari, colaborador en importantes diarios internacionales, acaba de publicar : "El valor de la atención. Por qué nos la robaron y cómo recuperarla" donde indaga en lo que considera una de las grandes epidemias del momento y en sus posibles soluciones. Asegura que los móviles no son los únicos destructores de la atención sino también la mala alimentación y el estrés. Según recientes estudios los adolescentes sólo son capaces de concentrarse en una tarea durante 65 segundos y los adultos apenas pueden aguantar 3 minutos. Hoy en día lograr el estado de concentración necesaria para acometer labores intelectualmente complejas y exigentes, es casi una quimera. Hay como un colapso generalizado de la capacidad de atención con la consiguiente falta de reflexión, de creatividad y de descanso. "Nos perdemos en una cascada de distracciones". Y en otro punto afirma : "Todo lo que requiere profundidad se está resistiendo continuamente y se nos está llevando cada vez más a la superficie". Hari tras recorrer el mundo entrevistando a expertos en concentración humana ha concluido :" La gente, a medida que recupera la concentración vuelve a sentirse competente y capaz de cumplir sus objetivos". Propone "restaurar la infancia, por ser un periodo donde el que nos prestasen atención fue lo más importante".
"La sociedad del cansancio " es un texto del filósofo coreano afincado en Berlín Byung-Chul Han ( Seul, 63 años). Sostiene que el cansancio es el efecto de los excesos de la "sociedad del rendimiento" que nos está conduciendo a un mundo lleno de individuos agotados, frustrados y deprimidos. Argumenta que nos bastamos nosotros solos para explotarnos hasta la extenuación, viviendo paradójicamente bajo una falsa sensación de libertad. "Vivimos siempre con la angustia de no hacer todo lo que podríamos hacer y encima nos culpamos a nosotros mismos de nuestra supuesta incapacidad" escribe. Por contraste Han nos recuerda que la cultura requiere un entorno apto para una atención profunda. Esta profundidad en la actualidad se estaría reemplazando por una hiperatención con la que se pierde la calma y la relajación imprescindibles para el don de escuchar que la cultura precisa. Destaca el filósofo en este sentido la importancia del recogimiento contemplativo, subrayando las palabras de Nietzsche : "Por falta de sosiego, nuestra civilización desemboca en una nueva barbarie". Señala más adelante el pensador coreano que sentimos miedo del otro, del diferente. Este rechazo lo conecta con que la sociedad contemporánea consumista intenta anular las diferencias: "Cuantos más iguales sean las personas, más aumentará la producción". Para luchar contra esta hiperuniformidad el filósofo propone "regresar al animal original, que ni consume ni comunica desaforadamente".
Jia Tolentino, escritora y redactora de The New Yorker, icono milenial en Estados Unidos, acaba de publicar en castellano : "Falso espejo. Reflexiones sobre el autoengaño" donde aborda la adición a las redes y el ansia de fama que conduce a todos a convertirse en una marca que promocionan ellos mismos. "Nadie, ni siquiera los más ricos, bellos y famosos, está seguro de quien es, y todos luchan por ser reconocidos en la economía de la atención de las redes sociales" escribe en este mismo sentido el escritor y ensayista indio Pankaj Mishra, en su novela reciente:" Corre a esconderte". Las redes sociales han potenciado esa clase de personalidades débiles, pese a su apariencia, que justamente por su debilidad han desterrado el debate riguroso y la oposición a sus ideas. Narcisistas que solo persiguen la admiración y un reflejo favorables del exterior, que no aceptan la opinión discrepante y menos la crítica. Es el nuevo egocentrismo de las redes sociales.
La ansiedad climática o eco-ansiedad es una angustia relacionada con las preocupaciones sobre los efectos del cambio climático, señalan desde el portal de Salud de Harvard. Es una ansiedad arraigada en la incertidumbre sobre el futuro. Más de la mitad de 10.000 jóvenes encuestados por la revista The Lancet en un estudio mundial en el pasado Diciembre, creen que "la humanidad está condenada". Muchos de estos jóvenes manifestaron estar luchando contra el dilema ético de traer un hijo a un mundo "ya saturado". Esta ansiedad climática suele ir acompañada de sentimientos de ira, culpa y vergüenza. A este respecto un ciclo de exposiciones en la "Casa Encendida" de Madrid reivindica redirigir el término resiliencia bajo otro lema :"la culpa no es tuya es del sistema". Es como si la tan ya popular expresión :" sí se puede" fuese un imposible ante el que chocan y se resienten los más frágiles y a la vez más conscientes, sobre todo entre los jóvenes. Al mismo tiempo se está creando una brecha entre ellos y la generación de sus mayores.
Pues pienso que es el resultado de una sociedad sin valores. Hemos pasado de una sociedad religiosa con su correspondiente moral y los valores que esa moral conllevaba a una sociedad laica sin moral y sin ética civil que la sustituya. Y habrá que trabajar en recuperar esos valores y esa ética.
ResponderEliminarYo estoy contenta como soy los cambios no tienen vuelta atrás.la culpa es de tanta propaganda como se hace .
ResponderEliminarIncertidumbre significa falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo.
ResponderEliminarLa pandemia y una nueva guerra en Europa 80 años después de la Segunda Guerra Mundial generan incertidumbre.
Ricardo Jarast
CARMEN BRAGADO Pofesora emérita de Historia comenta:
ResponderEliminarJ L,pienso q estamos en una sociedad q ha perdido los valores,no existe el esfuerzo,el respeto al otro.
Sólo interesa a los jóvenes el aspecto, hay pocos jóvenes que sean responsables ,q miren su interior y q como consecuencia sean responsables,y funcionen con cabeza y no dependiendo de las redes sociales.
Q podemos hacer las personas mayores? ,Q pueden hacer los padres y profesores,? ,es difícil, pero debemos tener esperanza en nuestra juventud.
JOSE MARIA CEPEDA Abogado comenta:
ResponderEliminarMagnífico artículo, Juanlu. Difícil lo teneis los psicólogos cuando hay que luchar contra unas superestructuras ( en el sentido marxista) que a todos nos vienen impuestas por el capitalismo neoliberal en que nos ha tocado vivir.
MIGUEL GARRIDO Profesor titular de la Facultad de Psicología de Sevilla comenta:
ResponderEliminarGracias Juan Luis por estas certeras y profundas reflexiones. Me ha llamado la atencion la dificultad de muchos jóvenes y también de nosotros , los adultos , para centrarnos en una tarea. La inmediatez y la dificultad para tomarnos tiempo y reflexionar es la verdadera pandemia. No hay más que ver el cine acelerado que consumimos y la dificultad para disfrutar de la lentitud del tiempo entre miradas . Si, un drama ante el que nosotros los adultos y profesionales de la salud tenemos que pararnos y pensar mucho sobre qué mundo queremos dejar a nuestros hijos. Como ser diferentes y saber quienes somos sin caer en las redes del consumo y el anonimato. Hoy día la supuesta era de la libertad esta creando más alienación que nunca. Millones de seres humanos atrapados en una red globalizada y manejada por los más poderosos. Nos queda la esperanza de nuestra familia, del círculo pequeño de nuestros amigos y saber que lo más íntimo y rico está en el ser y no en el tener. La esperanza de un mundo mejor creo que pasa como recoges en el artículo por el re-encuentro con la capacidad para respirar juntos, disfrutar del silencio y dejar la exigencia de la constante producción. Para que los jóvenes quieran tener hijos quizás debemos los adultos mostrarles cómo nos sentimos como padres de un mundo cambiante y rico pero sobre todo , un mundo donde los sonidos del viento, de las hojas y de los pájaros sigan a nuestro lado. Quizás es un buen momento para que los adultos digamos en voz alta que los queremos como son y no los queremos como quieren sus falsos ídolos y los que les manejan desde los medios. Titánica tarea porque como ya nos alarmaron muchos psicólogos sociales, el yo saturado produce confusión y mucha angustia. La música, la poesía, el teatro y otras tantas artes son la esperanza para recuperar la capacidad de disfrutar con la reflexión y la contemplación. Un abrazo. Miguel GF
FERNANDO RODRIGO Psiquiatra comenta
ResponderEliminarLa Sociedad actual es generadora de nuevos desequilibrios y sufrimientos psíquicos que dan paso a nuevos retos para su enfoque y tratamiento,no obstante,y como siempre cada autor,cada observador,capta parcialmente un aspecto y a veces caen en contradicciones hay quien habla de una dispersión de la atención y otro de una hiperatencion hacia un foco más o menos reducido,en fin bonito tema para la reflexión.
Es más fácil seguir la ley de la inercia( todo cuerpo permanece en su estado de reposo o movimiento rectilíneo y uniforme si no hay una fuerza exterior que modifique dicho estado) que ser uno mismo. Pensar ser diferente o tener criterios propios supone un esfuerzo que no todos están dispuestos a asumir. Es más fácil seguir al grupo que enfrentarse a él
ResponderEliminarMIEDO.
ResponderEliminarEl dia que yo nací, mi madre parió dos gemelos: yo y mi miedo. Hobbes
El miedo nubla tu verdadera naturaleza.
El miedo miente. Pero seduce, tiene poder: el miedo tiene tarjeta de crédito, preside las multinacionales, está presente en los consejos de administración, destaca en los grupos de presión, crea golpes de estado, nombra a loa Papas.
El miedo separa, es patriota, es racista, envenena los articulos de opinión, fomenta el “pensamiento único”. El miedo dice no tenerf Dios; pero su Dios es el Dinero, el miedo dice no tener ideologia, pero está afiliado al neo -liberalismo. El miedo es gregario. El miedo, incluso a si mismo infunde miedo. El miedo vive entre las brumas, y es el mayor cómplice de la ignorancia.
Nos hace sentirnos separados de la Vida con una actitud defensiva y tensa como protección de lo que pudiera ocurrir (perdidas de bienes, salud y afectos). Es: “¿que será de mi?”. Nos envuelve la nube negra de la desesperación. Este es el panorama que nos envuelve todos los dias, TV, prensa y medios sociales; “la guerra de Ucrania, la subida de precios, la destrucción paulatina de la tierra, los desahucios, las hipotecas, la corrupción masiva, y un largo etc.
Menos mal que los textos de Viktor E. Frankl y Dieter Bonhoeffer escritos en los campos de exterminio nazis
atestiguan que en el interior del ser humano hay un plano de consciencia independiente de las circunstancias
externas.
Muchas gracias Juan Luis. Acabo de parar a leer desde que lo publicaste. No he tenido tiempo...
EliminarAcertado y profundo la realidad de mi misma y lo que veo en consulta. Pararse, parar la ser. Ralentizarse ir hacia dentro, el obstáculo, el miedo.
A qué?
Gracias, querido supervisor.
JOSE MARIA ROMERO Filósofo y Teólogo ha comentado:
ResponderEliminarLa salud mental supone un estado de bienestar que podemos aprender desde pequeños y adolescentes. Saber qué es estar bien, sentir qué es estar bien y conservarlo como referencia a lo largo de nuestra vida.
Es verdad que vivimos en una sociedad cada vez más compleja y la tarea educativa ha de ser el aprendizaje del equilibrio interior. Para ello, necesitamos un porqué y una atmósfera dentro de la cual se pueda mantener la confianza y la alegría de estar en la vida. Necesitamos la familia, los amigos y los expertos, psicólogos y psiquiatras, que nos orienten en nuestras dudas y miedos.
La salud psíquica produce bienestar, confianza, alegría, comunión, energía y gozo de estar en la vida.
VICTORIA NARANJO Auxiliar de Clínica y Poetisa ha escrito:
ResponderEliminarPor dejación, los poderes públicos, durante mucho tiempo, han ignorado la gravedad y la deriva de esta sociedad.
Estamos viendo ya, sus efectos negativos en niños y en jóvenes.
El progreso es inevitable.
La ciencia avanza imparable para bien o para mal.
Muchos de aquellos se levantan y se acuestan ya con el cóctel de videoconsolas, móvil,tablets, etc..cuyos estragos en conductas y desequilibrios graves ya se están observando.
Los poderes públicos fallan, los educadores y familiares igualmente y los medios se aprovechan con programas basuras.
La importancia de la imagen deriva en algunos casos en peligros deformes:
¡Viva la vida;sin esfuerzo mejor que mejor!. Es, creo yo, el lema que están inculcando a los más castigados por la misma vida, a quienes sin
apoyos públicos estarán perdidos para siempre.
Si quiero indicar que en mí opinión el problema de la destrucción o dificultad para persistir en la atención,tan común en esta nuestra sociedad actual, viene en gran manera causada por la multiplicación de estímulos externos que recibimos continuamente y dificultan la concentración en la que debería ser la predominante o persistente,ahora es más difícil abstraerse o conseguir inhibir esos estímulos externos,y el cansancio en gran parte se debe no solo a nuestra exigencia,a nuestra autoexploración,sino al sobresfuerzo que conlleva ser capaz de rendir eliminando el bombardeo de esos estímulos que nos distraen.
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